Es una buena pregunta, pero la respuesta requiere cierto tiempo. Les ruego poco de paciencia mientras comparamos varios factores.
Versatilidad
El chorro de agua abrasivo puede cortar prácticamente cualquier material: metales, piedra, vidrio y materiales compuestos y cerámicos. Con estos materiales se utiliza agua con abrasivo. Además podemos cambiar al chorro de agua pura, sin abrasivo, y cortar materiales blandos que pueden cortarse con una cuchilla, tales como plásticos, espuma, juntas, alimentos, papel y (con una presión suficiente) incluso aluminio para arandelas.
El láser y el plasma cortan térmicamente y por tanto sólo pueden cortar los materiales que presentan unas propiedades térmicas correctas. En la industria, estos procesos térmicos se destinan casi siempre a los metales. El material en el que más se utilizan es el acero dulce. Además, el plasma sólo puede cortar materiales conductores de la electricidad. Para optimizar el corte con láser y plasma, se requiere el uso de gases. Normalmente, en el caso del chorro de agua no se requiere ningún cambio en los parámetros de trabajo, con excepción de la velocidad.
Espesor
El chorro de agua abrasivo es capaz de cortar cualquier metal, vidrio, piedra, materiales compuestos, etc. desde muy delgados hasta los 30 cm de espesor (y a veces más). Los cortes de mayor precisión se realizan con nuestro Dynamic Waterjet con espesores de 10 centímetros o menos, pero es posible un corte basto en espesores de más 10 centímetros. Ni el láser ni el plasma presentan esta versatilidad en cuanto a espesores. Cortan como lo haría una cámara fotográfica, sólo en el punto que enfocan. El láser corta materiales muy finos y de hasta 1,25 centímetros de espesor, aunque los láseres de CO2 más potentes son capaces de llegar actualmente hasta los 2,5 centímetros. El plasma corta desde aproximadamente 6 milímetros hasta casi 4 centímetros. Por encima de este espesor, los talleres suelen cambiar al oxiacetileno para llegar hasta los 20 centímetros de espesor, dado que este método permite cortar más rápido y con mayor espesor que el plasma.
Acabado del borde
Ningún corte con plasma o láser es capaz de alcanzar la calidad del chorro de agua en los bordes. En nuestro caso, siempre conseguimos un borde liso. No introducimos zonas de afectación térmica ni tensiones mecánicas, lo que supone que usted cuenta con un borde liso que no requiere ninguna rectificación ni otros trabajos de acabado. Dado que se trata de un proceso de corte en frío, no se producen escorias, rebabas ni alteraciones de las propiedades del material. El plasma y el láser cortan mediante calor (nosotros cortamos mediante erosión supersónica). Por tanto, el plasma y el láser dejan a su paso zonas de afectación térmica, tensiones mecánicas y, especialmente en el caso del plasma, 'gotas' de rebaba en el borde. El láser puede minimizar estas zonas de afectación térmica y tensiones, pero no puede eliminarlas completamente. Por eso el corte térmico no se acepta para ningún componente aeroespacial a no ser que el borde cortado térmicamente sea eliminado completamente mediante abrasión.
¿El chorro de agua es lo mejor para todo?
No. Al cortar chapa de acero dulce delgada, pongamos que de 2,8 mm (calibre 12 estadounidense), el láser corta más rápido y barato. Podemos recurrir al apilado para acercarnos a la velocidad del láser, pero aún no podemos igualarla (al menos de momento). Por tanto, en las grandes series de producción en las que el tiempo de preparación no supone un problema, el láser permite cortar las chapas delgadas de acero dulce en menos tiempo. Además, quizá desee seguir trabajando con el plasma si desea cortar acero dulce de hasta 1,25 centímetros de espesor y no necesita eliminar la superficie calentada, ni por motivos cosméticos ni por resistencia. En este caso, nuestro chorro de agua resulta más costoso.
Sin embargo, el chorro de agua es el proceso de máquina herramienta de mayor crecimiento en el mundo (según Frost & Sullivan) ya que es increíblemente versátil (puede cortar cualquier material que llegue al taller), se prepara de forma rápida (los mismos parámetros permiten cortar prácticamente cualquier cosa, con solo cambiar la velocidad), consigue el borde de mayor calidad (sin calor, sin tensiones, suave como la seda) y se maneja con facilidad (sus modelos de software facilitan tremendamente la programación y el inicio del trabajo). Si su taller trabaja con materiales distintos del acero dulce, probablemente necesita un sistema de chorro de agua.